El día a día se concreta en actividades libres y proyectos o talleres dirigidos, que nacen de los intereses e inquietudes de los niños y los acompañantes.
El estar presente de manera activa, permite al acompañante detectar las necesidades y deseos de acción o pausa de los niños, y de este modo adaptar las actividades y proyectos a estas curiosidades que van apareciendo.
Las actividades libres se desarrollan dentro de los ambientes preparados para aprender y convivir, donde los niños investigan y se manifiestan de manera espontánea.
El espacio contará con diferentes ambientes adaptados a las necesidades de los niños:
• Expresión artística-plástica.
• Expresión corporal (psicomotricidad vivencial).
• Juego simbólico.
• Juegos motrices (de construcción, puzles…)
• Experimentación sensorial.
• Biblioteca.
• Zona de descanso.
• Zona de aseo
• Jardín con juegos de exterior.
Adecuado al libre movimiento, con la organización del espacio según los parámetros de la visión infantil.
Un ambiente cuidadosamente organizado para el niño, diseñado para fomentar su autoaprendizaje y crecimiento.
Permitiéndome desarrollar aspectos sociales, emocionales, intelectuales y respondiendo a las necesidades de orden y seguridad.
Por encima de todo, un espacio continuista al hogar, donde los niños y niñas puedan hacerlo suyo con el devenir de los días, donde las rupturas sean motivos de acomodaciones y aprendizajes. Un lugar “parecido a su propia casa”.
La organización del tiempo es flexible, el niño es el protagonista de su proceso, si los niños se encuentran sumidos en el juego o en cualquier otra actividad se respetara su ritmo, facilitando el contacto con sus necesidades e intereses, aunque no está libre de estructura, teniendo rutinas comunes que permiten a los niños tener la conciencia del paso del tiempo.